La selección nacional de fútbol de Panamá se despidió hoy de la Marea Roja con un partido amistoso contra la selección de Irlanda del Norte, el mismo que culminó con el marcador 0-0 .
El estadio Rommel Fernández se vistió de rojo para el encuentro que se dio en medio de un ambiente festivo, donde hubo desde una exhibición pirotécnica hasta una presentación de artistas panameños que entonaron «Sube la Marea», himno oficial de Panamá para el Mundial Rusia 2018.
En lo que fue el partido final de los legendarios panameño Blas Pérez, Felipe Baloy, Gabriel Gómez y Luis Tejada, los panameños mostraron su garra y al minuto 6, con el juvenil Rodríguez que cada vez tocaba la pelota hacia rugir el graderío.
Con un Irlanda del Norte esperando, los panameños buscaban el gol, ese anhelado invitado, a los 17, minutos con un cabezazo de Bárcenas que pegó en el larguero, ahogó en más de las más de 20 mil gargantas en el Rommel.
Una perdida de pelota del mediocampo panameño, a los 29 provocó una jugada de peligro con un cabezazo de McGennis, pero el golpe de cabeza quedó en las manos del arquero panameño José Calderón.
Entre los 34 y 40 minutos el partido cayó en un bache, con mucha pierna fuerte en el mediocampo, precisamente en es momento aparecía la «marea roja» en el estadio Rommel Fernández.
A los 41 minutos, el letargo y la ola se detuvo cuando Edgar Yoel Bárcenas se descolgó por la derecha, sacó un centro que le cayó al juvenil Rodríguez, que remató, pero el portero Carson tapó, seguido la zaga visitante despejo el peligro.
El segundo tiempo arrancó algo lento, con jugadas de idas y vueltas, sin un dominador claro en el campo.
Tras una jugada clara de Ricardo Ávila, a los 46, le siguió a los 54 una jugada de fuera de lugar a Blas Pérez, que levantó la afición.
Entre los 55 y 61 minutos el partido se ralentizó, apareció la ola otra vez en las gradas del Rommel Fernández.
En el minuto 81, Román Torres, que tenía 6 minutos de partido tuvo una de cabeza, pero el balón se fue por encima de la portería rival.
Con jugadas alternas el tiempo se fue escurriendo y el árbitro decretó el final del encuentro con un movido cero a cero.