Los premios Grammy 2018 se convirtieron este domingo en un gran homenaje a la música bailable, divertida y luminosa.
Lo hicieron a través de Bruno Mars, un hawaiano de 32 años que con el disco 24K Magic logró por sorpresa todos los máximos premios de una noche en la que todas las miradas estaban puestas en el duelo de raperos entre Jay-Z y Kendrick Lamar. Lamar ganó cincogrammys, pero el máximo reconocimiento de la industria volvió a dejar de lado a este género.
That’s what I like, de Bruno Mars, es la canción del año (premio al compositor) y 24K Magic es la grabación del año (premio al producto completo). La canción del año sigue siendo, en opinión de la industria, una canción de radiofórmula. Bruno Mars fue, en general, el ganador de la noche.
En el premio final, Mars recordó la primera vez que actuó. Tenía 15 años y su trabajo era interpretar una docena de canciones para entretener a los turistas en Hawái. Dijo que le emocionó ver a la gente bailar y pasárselo bien. Y que eso es lo que hace en su música desde entonces. “Dar alegría” y “ver a la gente bailar y moverse”. Con esa actitud, este domingo puso a la industria de la música a sus pies.
El otro gran triunfador de la noche fue Kendrick Lamar, que había ganado tres grammys antes de que empezara la gala televisada. La canción Humble se llevó la mejor interpretación rap, la mejor canción y el mejor vídeo. Lamar era el hombre de la noche cuando subió al escenario a hacer el número inicial de la gala junto a Bono, The Edge y Dave Chapelle. El número incendiario de Lamar fue la mejor interpretación de la noche. Minutos después, volvía a subir a recoger otro grammy, junto a Rihanna, por Loyalty.
Jay-Z fue sin duda el gran perdedor de la noche. El más nominado, con ocho, no se llevó ninguno. El duelo entre raperos lo ganó Kendrick Lamar, con cinco premios de sus siete nominaciones. A los 30 años, Kendrick Lamar, salido de las calles de Compton, Los Ángeles, es ya el rapero con más impacto popular en esta era dorada en la que el género ha logrado ser parte del mainstream cultural en Estados Unidos. Se llevó cinco premios. Pero, incluso en el año más potente del rap en estos premios, la industria volvió a negarle el mayor reconocimiento
En la categoría de pop, a pesar de las nominaciones de Kesha y Coldplay, poco había que hacer frente al disco Divide, de Ed Sheeran. El inglés pelirrojo es un favorito de los Grammy, que ya ganó el máximo premio con la canción Thinking out loud hace dos años. Con Divide, Sheeran ha vuelto a inundar las radios y a llenar estadios solo con una guitarra. La calificación de disco pop del año tiene poca discusión. La canción Shape of you fue además la mejor interpretación vocal pop del año. Un premio algo menos claro, cuando en esa categoría estaban Million reasons, de Lady Gaga, o What about us, de Pink.
La 60 edición de los Grammy, celebrada en el Madison Square Garden de Nueva York, ya había hecho historia solo con las nominaciones. No había ningún artista blanco entre los nominados al mayor premio, el de grabación del año. Entre los nominados al mejor disco, solo Lorde era blanca. Nunca había habido tres nominados negros al mejor disco (Jay-Z, Childish Gambino y Kendrick Lamar). Un trabajo íntegro en español (Despacito) estaba nominado a canción del año y grabación del año. Las comparaciones eran evidentes con los últimos años, en los que se han llevado los máximos premios Adele, Taylor Swift, Ed Sheeran, Beck o Sam Smith. Los Grammy de 2018 serían negros y latinos.